La historia
de Pollo Campestre se comenzó a escribir el 2 de noviembre de 1987, cuando la
visión empresarial de Mario Romero se mezcló, de forma perfecta, con la
inigualable sazón de su esposa Gloria de Romero. La idea vino de cuando un amigo de la familia
les ofreció un equipo de freír pollo. Desde un principio fue un reto, no solo
por el desafío de plantear algo nuevo, sino que además había que enfrentar los
peligros de la guerra, sin embargo prevalecimos y el pueblo migueleño fue
testigo y compañero en nuestro esfuerzo por salir adelante.
El primer
restaurante de Pollo Campestre se ubicó en un pequeño local, en la esquina
formada por la avenida Roosevelt y la 3.ª calle poniente en la ciudad de San
Miguel.
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